Foto de Antonio Tajuelo |
En sólo dos días, dos personas me han hablado de las prodigiosas cualidades de este alimento que no es más que el nuevo adelgazante milagroso, el nuevo crecepelo fantástico o el nuevo afrodisíaco infalible. Y con todo esto no niego, por ejemplo, que pueda tener propiedades antioxidantes, pero de aquí a producto milagro para todo y poner por ello como ejemplo la experiencia de Li Ching-Yuen me parece pasarse de frenazo.
El hecho que sea un producto natural, cultivado en las cumbres del Himalaya, con un aire puro al cien por cien, no quita que sus propiedades no han sido debidamente estudiadas (me refiero siguiendo un método científico). Además (y esto es más grave) de los efectos adversos que este producto pueda producir (alergias, intolerancias…), como apuntan aquí.
La etiqueta de “producto natural” no es sinónimo de “lo demás ya no importa”. Lo mismo que exigís para un alimento envasado y un medicamento químico, exigirlo también para este tipo de productos. Todos, naturales o no, van a parar al mismo sitio: ¡nuestro cuerpo! Consejo de blogger.
¿Habéis oído hablar alguna vez de este producto? ¿Lo habéis probado? Si eres profesional sanitario, ¿cuál es tu opinión?