La crisis del caso Rayan me ha hecho reflexionar sobre la dificultad de las instituciones por hacerse oír cuando “todo va bien”. Es realmente complicado (de aquí viene que también resulte apasionante) explicar a la sociedad cuál es tu labor como empresa, entidad, organización… y cuál es el valor que aportas a la sociedad y que este mensaje llegue a quién tú quieres como deseas.
Éste es el caso del Sindicato de Enfermería SATSE. Sin entrar en quién tiene o no la razón en el caso, una desgracia como ésta les coloca en el primer plano de la actualidad. ¡Qué triste! ¿No os parece que sus denuncias de precariedad de la profesión eran en su momento noticia por sí mismas? Teniendo en cuenta la importancia de estos profesionales en la vida de cada uno de nosotros, así deberían serlo. Pero una vez más, debe ocurrir un fatal error para que una mayoría se dé cuenta.
Ahora, pues, es un momento crucial para este colectivo: pueden lograr que hagan mella los mensajes que van reivindicando desde hace tiempo en la mente de una buena parte de españoles. Si lo consiguen o no, se está gestando en estos momentos y no sólo depende de ellos, también de cómo comunican en una situación de crisis como ésta todos los demás actores implicados, que van definiendo sus estrategias:
- El presidente de los gerentes de hospital (SEDISA) defiende al gerente del hospital, Antonio Barba, “por su transparencia al salir a explicar lo ocurrido”.
- Y la más reciente: SATSE critica a la Ministra Trinidad Jiménez por su falta de apoyo a los enfermeros y pide rectifique y solicita al Fiscal General del Estado que procese al gerente del Hospital Gregorio Marañón.