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8 de febrero de 2012

Hacer periodismo con las redes sociales como aliadas

Foto de Ruta n
En la misma línea que el hilo argumental que desarrollé en esta presentación, recientemente he podido corroborar que realizar un trabajo periodístico con la ayuda de las redes sociales no sólo es posible, también ahorra tiempo y puede ayudarnos a ser más eficientes. Creo que hay un aspecto clave: la facilidad de acceso a las fuentes. Y es que ahora, además de contar con la posibilidad de realizar una llamada telefónica a los contactos de confianza de nuestra agenda, los periodistas podemos enviar un tweet para resolver una duda o publicar un mensaje en nuestro muro de Facebook. Además, en las redes existen muchas personas activas que escriben en un blog profesional, que participan en cursos y conferencias y por ello están acostumbradas a comunicar. Son nuevos portavoces que se están ganando a pulso hacerse un hueco en los medios de comunicación. Se trata de nuevas voces que empiezan a dar un poco de color al panorama mediático.

¿En qué otras cosas nos pueden ayudar los medios sociales en un trabajo periodístico? A continuación enumero algunas que veo interesantes después de ensamblar este reportaje sobre la iniciativa Mírame, Diferénciate para el semanario La Directa:

- No desdeñar ninguna red de comunicación
Todos tenemos ideas prefijadas de lo que hacen la mayoría de personas en cada una de las redes sociales. Pero lo cierto es que aunque existen actitudes parecidas, cada uno de nosotros las usamos de forma distinta. Por ejemplo, muchas personas relacionan Facebook con diversión y momentos de ocio, pero en esta red existen páginas y grupos profesionales que en cualquier momento nos pueden ser de ayuda para plantear temas.

- En los posts se pueden encontrar grandes historias. En los comentarios también
Los blogs profesionales son grandes inspiradores de historias e importantísimas fuentes de información. También lo son los comentarios de los posts. Muchas personas aún no tienen blog pero son muy activas  en las redes sociales y comentando en blogs ajenos. Sus comentarios, muchas veces, son posts en sí mismos. A través de los comentarios podemos balancear los distintos puntos de vista planteados por el autor del post y hacernos una idea de lo que se mueve sobre el tema.

- Identificar con tiempo las fuentes de información fiables
Si trabajamos para añadir contactos de valor en nuestros círculos de redes sociales e irlos conociendo poco a poco (cómo escriben, en qué están trabajando, sobre qué temas se preocupan) después tendremos el camino allanado para contactar con ellos cuando lo necesitemos.

- Aprovechar los datos online que ofrecen empresas e instituciones
Empresas e instituciones cada vez están volcando más información en Internet. Esto nos puede ahorrar tiempo en llamadas y en buscar contactos más institucionales que nos hablen sobre algún tema concreto. Esto está ligado con saber buscar en la red para ahorrar tiempo y realizar contactos con personas sólo cuando sea necesario contrastar una información que ya hemos conseguido escarbando en Internet.

- Dejar una ventana abierta, tener la actitud de estar buscando hasta el último momento
En el mundo digital los temas nunca terminan de cerrarse, en un foro o en un grupo siempre aparecen nuevos puntos de vista que enriquecen los planteamientos iniciales. Es importante impregnarse de este flujo constante de opiniones para que el trabajo final sea más dinámico.

- Saber cuando es necesario cerrar
Pero igual que resulta importante dejar una ventana abierta durante el proceso de construcción, también lo es marcarse un límite, trazar una línea y sobre todo, tener un objetivo a través del que se desprenderá el resto del trabajo.

Saquemos partido de todos los medios que tenemos a nuestro alcance para nuestro trabajo, pero no olvidemos que la gran mayoría de historias interesantes están ahí fuera, en las calles, esperando que alguien las descubra, las viva y las cuente.

20 de julio de 2011

El chiringuito de la especialización

Foto de Daquella manera

Los periodistas dicen a su audiencia que le ofrece la información estructurada en secciones y áreas diferenciadas para que sepa dónde ir a buscar la información que más le interesa: a ti, que eres sensible con el medio ambiente, te programo un espacio de 20 minutos a las 7 de la tarde dedicado íntegramente a este tema. Y a ti, que te encanta la moda, te ofrezco un canal 24 horas. Además, en el periódico en papel tienes toda la información ordenada en distintas áreas, que siempre son las mismas, y que te puedes saltar si, por ejemplo, no te interesan los Deportes.

En realidad, a los periodistas nos ha ido muy bien separar en secciones para organizar las redacciones. También para llenar espacios radiofónicos y televisivos sin necesidad de pensar cada día cosas distintas para ofrecer a la audiencia. Pero, principalmente, veo 3 obstáculos que dificultan la difusión de la información especializada sobre los temas de la ciencia o el medio ambiente, derivados de este tipo de organización:

- Temas buenos que nunca llegan a portada y por tanto, no son leídos por una importante masa crítica. En salud, por ejemplo, si tenemos un tema muy bueno es muy difícil que salga en portada (a no ser que se trate de una alerta o un escándolo) y por tanto, casi siempre está relegado a su espacio segmentado y especializado.

- Temáticas de primera y segunda clase. Ciencia y medio ambiente suelen estar relegados a microespacios en televisión o formar parte de macrosecciones cajón de sastre en los periódicos en papel (Sociedad, Tendencias, Cosas de la Vida...).

- Temas transversales que no encajan en ningún lugar y que por este motivo, pueden ser descartados. Y es que cada vez resulta más difícil catalogar informaciones que pueden tener un pie en política y otro en salud.

Por eso, cuando una información especializada "conquista" un espacio considerado generalista o generalmente ocupado por otro tipo de informaciones, se consigue un gran hito, porque puedes llegar no sólo a los convencidos. Por este motivo, organizaciones que emiten información sobre áreas que no son consideradas prioritarias en los medios de comunicación convencionales, se esfuerzan en llegar a espacios tradicionalmente ocupados por otro tipo de información. Pero lo cierto es que la mayoría de veces son ignoradas y sólo lo consiguen cuando van ligadas a un escándalo.

Aún así, ahora los medios sociales permiten a organizaciones que emiten información muy concreta, interactuar y comunicarse con sus stakeholders, y precisamente a través de éstos, conseguir llegar allí donde los medios de comunicación de masas les cerraron el paso y así romper, de vez en cuando, con el chiringuito de la especialización.

19 de abril de 2011

Seamos tod@s un poco periodistas

Foto de Mónica Moro

"Me gustaría que esta noticia saliera en el El País, en la sección de Sociedad. ¿Cuánto crees que puede valer?" Sí sí, no os riáis. Aún hoy -o especialmente hoy- son muchas las personas que tienen el convencimiento de que para que una noticia que viene de una empresa aparezca en los medios se debe pagar, como si de un anuncio se tratara.

Entonces les cuento que una cosa es el periodismo y otra la publicidad. Y que precisamente la credibilidad de un medio de comunicación se basa en la separación que hace de sus intereses comerciales y el interés general de sus lectores. Así trabajan muchas redacciones en España. Les llegan informaciones de las empresas, normalmente en formato nota de prensa y los periodistas deciden si esa información es susceptible de aparecer en su medio y de qué forma. Cuanto más profesional es un medio de comunicación, más tiempo dedica en contrastar la información que les llega de una fuente. Por ejemplo, piden a la fuente emisora de dicha información que les proporcione el contacto de una persona de dentro de la empresa que les amplie o aclare la información que se facilita o también buscan acceder a otros contactos que tengan que ver con la información remitida. En resumen, usan la nota de prensa como base y construyen su artículo a partir de otras fuentes.

Pero en la práctica también ocurre que algunos medios de comunicación se limitan al copia-pega de notas de prensa y lo que es aún peor: piden dinero por publicar artículos "periodísticos" que NO están identificados como publireportajes. Y pensaréis, "claro, tal y como está el panorama, con una crisis galopante en el sector editorial, despidos en la redacción, etc... no me extraña". Pues os digo que esta situación no es nueva. En época de "bonanza" también ocurría. Antes, quizá sólo por comodidad. Ahora, por la comodidad de alargar la agonía de un modelo de negocio caduco. Y lo peor es que actualmente, al juntarse ambas motivaciones, esta práctica es más habitual que nunca.

Como empresa es muy cómodo pagar para que te saquen con la cara bonita. Como empresa-medio está muy bien asegurar ingresos extra por llenar espacios redaccionales y además ahorrarse dinero desprendiéndose de algún periodista más. Pero, ¿quién está en terreno neutral para frenar este círculo vicioso? Pues la más perjudicada y a la vez el motivo de existir de los medios. La clave está en la audiencia, cada vez más informada, con más criterio y consciente de estas prácticas, quien a través de sus acciones decide premiar o castigar al medio en cuestión.

Si clicamos un enlace de un medio que consideramos poco profesional o seguimos comprando un periódico que trabaja de esta forma o viendo un telediario que incorpora piezas informativas pagadas, estaremos fomentando estas prácticas. Así que os invito a observar a los medios con ojo crítico, en definitiva, a ser un poco periodistas. Se habla mucho del "paciente empoderado" en el sector sanitario, pues yo os propongo ampliar este concepto y hablar de "ciudadano empoderado", que no es más que el que se preocupa por ser corresponsable de lo que nuestra Constitución considera derechos fundamentales: dos de ellos son el derecho a la Información y a la Comunicación libre. Seamos nosotros mismos garantes de estos derechos que garantizan una buena salud democrática.

Si creéis que el periodismo debería ser más profesional podéis contribuir, precisamente ahora que está agonizante, a fomentar las buenas prácticas en la profesión para que, al fin y al cabo, todos estemos  mejor informados.

4 de marzo de 2011

Ahora es el momento del periodismo

Imagen de Live Now

No se me ha olvidado el primer día que entré en la escuela. Esa puerta gigante que se abrió ante mi y dio paso a una jauría de niños que gritaban y corrían de una punta a otra de la clase. Tampoco se me ha olvidado el primer día que pisé el instituto. Atravesé el patio fijando la mirada en los mayores y el aire de libertad que emanaba de sus gestos. Y por supuesto, aún recuerdo mi primer día en la facultad de periodismo. Esperaba fuera del aula haciendo barridos rápidos a todas las caras que tenía a mi alrededor por si reconocía alguna de ellas. Una vez dentro, empecé a hablar con las personas que se sentaron a mi lado y se iniciaban nuevas amistades, por primera vez, con planteamientos vitales muy parecidos. 

Habíamos llegado ahí porque queríamos aportar nuestro pequeñito grano de arena para cambiar un mundo que no nos gustaba, sentíamos la fuerza de la comunicación, creíamos en ella y pensábamos que una pluma podía ser más poderosa que una bomba. Una utopía que nos duró poco tiempo. Por ejemplo, una compañera lo dejó a los dos meses para matricularse a trabajo social; "ahí seré más útil -dijo-". Otras personas también abandonaron. La evidencia contrastada y repetida por todos los profesores de que la información estaba al servicio del poder, que los medios estaban controlados por grandes corporaciones y que nuestro futuro profesional era trabajar para uno de ellos nos dio un baño frío de realidad. 

Aún así, la mayoría seguíamos conservando cierta esperanza, esperando buscar un lugar para nuestro sueño en alguna de esas redacciones. Entretanto, el periodismo local era un sitio para hacer prácticas y tener más margen de maniobra, fuimos muchos los que lo aprovechamos. 

Desgraciadamente, la carrera de obstáculos aún no había terminado. Casi a las puertas de terminar la carrera, empezábamos a ser conscientes de la dificultad de encontrar un lugar de trabajo en un medio de comunicación y muchos ya trazaban su futuro profesional lejos del periodismo. Otros no perdimos la fe, nos paseábamos de un medio a otro, saltando de contrato precario a contrato precario, alimentando con migajas nuestra vocación. Pero ¡oh! algunos descubrimos que había vida más allá de los medios, que otras empresas e instituciones empezaban a creer en la comunicación y necesitaban periodistas. Y ahí estamos; e irán llegando compañeros al "lado oscuro". 

Pero algo que por aquel entonces ni imaginábamos empezó a cambiar hace pocos años. Empezaron los blogs y la Internet social. Esto transforma al periodista en medio de comunicación y sitúa la calidad de la información y el servicio al ciudadano en primer plano. Estos últimos dos años he tenido la oportunidad de conocer periodistas emprendedores que están haciendo realidad su proyecto en la Red, nuevos medios de comunicación enfocados a aportar información independiente y con vocación de denuncia y cambio social, periodistas freelance que a través de los contactos que establecen en las redes sociales trabajan en múltiples proyectos que les entusiasman y en general, el resurgimiento de una nueva forma de trabajar, más colaborativa, que está aunando esfuerzos y empujando el cambio. Así pues, ahora el periodismo está recuperando de nuevo la función social perdida, está buscando sus raíces, aunque lo tiene muy difícil para convertir todo esto un modelo de negocio viable.

Ahora es nuestro momento. El de los que lo dejaron a los dos meses de carrera y el de los que no hemos perdido nunca la esperanza. Por eso, para encarar este presente, de la clase de párvulos recupero la fuerza de la curiosidad y el juego, desempolvo las ansias de libertad del instituto y evoco la empatía del primer día en la universidad. 

20 de enero de 2011

Sol@s ante los medios

No conozco a nadie que después de su primera experiencia en un medio de comunicación haya quedado satisfecho del resultado. Cuando se trata de la radio en directo dicen que siempre se les han quedado un montón de cosas por contar, sienten que no se han explicado suficiente y que lo más importante quedó en el tintero. En televisión, focos, gente y cámaras entorpecen enormemente su concentración. Y cuando se trata de la prensa, muchas de las pegas suelen centrarse en el titular: ¿por qué han destacado esto a lo que yo no doy ni la más mínima importancia?

Es probable que después de una experiencia no satisfactoria en los medios, no vuelvan a repetir. Una pena. Porque hay personas con historias y conocimientos interesantísimos que no están saliendo a la luz pública.


Dejando de lado las malas prácticas periodísticas, para un experto, podemos hablar de un científico, lo más importante, de entrada, es superar el miedo de la primera vez y pedir consejo a algún conocido que sea periodista. Hay muchos cursos de formación para portavoces pero no todas las personas se lo pueden permitir o tienen la posibilidad de asistir a uno.


Es importante saber que, después de esta primera experiencia, el científico en cuestión sentirá cierta sensación de frustración. En los medios de comunicación generales, muchas veces el rigor está reñido con la noticia y para que esto finalmente no ocurra y ambos conceptos se acaben encontrando, es importante que el experto renuncie a partes del discurso susceptibles de no ser entendidas o malinterpretadas. Mejor hacerlo antes de la intervención que dejarlo a la improvisación del momento.


Estar a la defensiva tampoco es una buena estrategia, adoptar la actitud de un docente de educación secundaria es una imagen que puede ayudar. Y sobre todo: No es necesario soltarlo todo en una única “clase”, si sale bien, habrá otras veces seguro.

Es tremendamente positivo charlar antes con el periodista. Siempre lo agradecerá y servirá para romper el hielo y sentar las bases de la entrevista. Creedme, el feeling que hay antes de salir en antena, por ejemplo en el caso de la radio, luego se palpa en las ondas sonoras. Contarle algo al periodista antes del directo que le llame la atención. Una anécdota curiosa. Le dará pie a que introduzca el tema de forma original.

Preguntar quién estará en la entrevista y en qué condiciones se hará (grabada, en directo, con intervenciones) también es de gran ayuda para enfocar y preparar el tema.


Ahora, los medios sociales nos permiten contactar con centenares de periodistas. Te animo, si eres el experto científico o alguien que piensa que puede aportar algo interesante a la opinión pública, a que empieces a conversar con nosotr@s (periodistas) en Twitter. Encontrarás claves para formarte y planificar tus intervenciones. Tener un blog es fantástico para plasmar las ideas, resumirlas y ver cómo reacciona la gente. Es un buen entrenamiento para organizar y sintetizar tu discurso.
Así que... ¿a qué esperas para que oigamos tu voz?
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