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24 de marzo de 2011

Las clases virtuales de Tekuidamos 2.0


- Mama, te tengo que dejar que voy a clase.
- ¿Cómo que vas a clase? ¿a estas horas?
- Sí, por Internet.
- ¿Y quién da la clase?
- Pues depende del tema. Cada día se escoge uno o varios temas y da la clase el que más sabe de ese tema en concreto. Todos somos alumnos y en alguna ocasión, también podemos ser profesores.
- ¿Y os dan un diploma?
- No... pero ¡qué más da! Son útiles, prácticas y nos sirven para mejorar nuestro trabajo diario. Un día te lo enseño en el ordenador.

Esto último que le dije a mi madre, si aún no lo habéis hecho, también os lo digo a vosotros. Si os interesan los temas relacionados con la salud y las nuevas tecnologías, os invito a conectaros un martes, a partir de las 22:15 horas, a las sesiones de Tekuidamos, dirigidas por Olga Navarro. Podréis acceder a través de su blog Las TIC en EpS e informaros de los temas de las siguientes sesiones.

Distintos profesionales del sector sanitario que trabajan con las TIC cuentan cómo es su trabajo con estas herramientas y todo el partido que se les puede sacar en nuestro día a día. He asistido a 8 sesiones y se caracterizan por la cercanía y el alto nivel de preparación de los temas por parte de los profesores, entre ell@s, la misma Olga. Aprender a usar Skype, cómo gestionar nuestra reputación digital, cómo organizar los Favoritos, la experiencia de un médico ORL con las nuevas tecnologías son algunos de los temas que se han tratado.

Los alumnos, una treintena, en ocasiones también son profesores, como nos ocurrió la semana pasada a Alain Ochoa, Emma Pérez-Romera y Taite Cortés, quienes compartimos sesión sobre periodismo y comunicación. Aquí podéis escucharla y a pesar de los problemas técnicos que sufrimos, debo decir que fue algo excepcional, ya que en el resto de ocasiones la plataforma funcionó muy bien. La aplicación que se usa, WIZiQ, permite que se puedan cargar presentaciones y navegar por Internet. Los alumnos escuchan en tiempo real la voz del profesor y pueden ir comentando la jugada a través de un chat.

Como alumna, puedo decir que es un sistema muy útil de aprendizaje, que permite formarte sin salir de casa y con cierto nivel de cercanía e interacción. Es una formación realista, ya que la misma comunidad propone temas y profesores, y ayuda a empatizar con profesionales que trabajan en el mismo sector, pero que desarrollan trabajos distintos. Como profesora, al principio te sientes un poco extraña porque hablas sin ver la cara de nadie, pero es una sensación que dura poco porque Olga te hace sentir como si estuvieras en casa virtualmente hablando.

Creo que no hay mejor formación que la que se hace desde el eterno aprendizaje alumno-profesor, por eso creo que el modelo de Tekuidamos es muy bueno y aplicable a muchos otros ámbitos. Es cierto que la formación virtual no acabará con la presencial, ésta sigue siendo indispensable. Considero que un mayor acceso a la formación virtual bien planteada, como es este caso, hará que la formación presencial sea de mayor calidad, ya que nos obligará a seleccionar muy bien allí donde queremos desplazarnos.

17 de marzo de 2011

El poder evocador del sonido

Foto de JP Corrêa Carvalho

En el silencio y la tranquilidad de la noche acabo de escuchar el archivo de audio grabado en las profundidades marinas del terremoto de Japón. He visto multitud de imágenes del fenómeno que me han estremecido pero con este audio he sentido algo único, distinto. Immediatamente han venido a mi mente imágenes del intenso azul oscuro, enfundada en un traje de buzo y sintiendo con todos los poros de mi piel el vibrar intenso del agua.

En la inauguración de la pasada edición del Festival Internacional del Medio Ambiente (FICMA) en Barcelona vi el documental The Cove, una producción de gran espectacularidad visual que denuncia las matanzas sistemáticas de delfines en Japón y la vida en cautividad de estos animales. La película contiene imágenes muy fuertes e impactantes, aguas teñidas de rojo, delfines agonizantes que te dejan de piedra en la butaca. Una amiga no lo soportó, se tapó los ojos, pero de poco le sirvió porque hubo un momento del film en el que reprodujeron el sonido que habían grabado bajo el mar cuando se producía la matanza y sentimos un escalofrío que recorrió todo nuestro cuerpo. Ese audio nítido se apoderó de la sala y dio varias vueltas en nuestra mente. Terror, desamparo, socorro, resignación...todo estaba ahí, en esos sonidos tan extraños y a la vez tan evocadores de sentimientos y situaciones bien conocidas.

Estas dos experiencias me han hecho recordar mis años de radio y su poder mágico y evocador. "La radio genera la imagen hablada del mundo" he leído en esta lección de la doctora en comunicación Emma Rodero. En este mismo texto, se destaca la capacidad de este medio para crear imágenes en la mente de los oyentes y lo poco explotado que aún sigue estando. Creían algunos que el vídeo la mataría, pero la radio sigue muy viva. A través de las ondas sonoras o por Internet, su presente y futuro está asegurado. La inmediatez, la proximidad, la compañía que proporciona son insustituibles. Y si la radio evoca en el oyente imágenes, crear radio es hacer el camino inverso. Evocar imágenes para luego crear sonido, y como si de un investigador privado se tratara, buscar en hemerotecas y en el mundo que nos rodea, ruidos, música y efectos que nos lleven a esas imágenes.

Por desgracia, se hace poca radio que suponga producciones más pensadas y trabajadas. También es cierto que los podcasts abren la posibilidad para que cualquier persona se atreva a jugar con los sonidos. Por eso estoy segura que iremos viendo proyectos muy interesantes.

Si una imagen vale más que mil palabras y un sonido vale más que mil imágenes, ¿cuántas palabras vale un sonido?

4 de marzo de 2011

Ahora es el momento del periodismo

Imagen de Live Now

No se me ha olvidado el primer día que entré en la escuela. Esa puerta gigante que se abrió ante mi y dio paso a una jauría de niños que gritaban y corrían de una punta a otra de la clase. Tampoco se me ha olvidado el primer día que pisé el instituto. Atravesé el patio fijando la mirada en los mayores y el aire de libertad que emanaba de sus gestos. Y por supuesto, aún recuerdo mi primer día en la facultad de periodismo. Esperaba fuera del aula haciendo barridos rápidos a todas las caras que tenía a mi alrededor por si reconocía alguna de ellas. Una vez dentro, empecé a hablar con las personas que se sentaron a mi lado y se iniciaban nuevas amistades, por primera vez, con planteamientos vitales muy parecidos. 

Habíamos llegado ahí porque queríamos aportar nuestro pequeñito grano de arena para cambiar un mundo que no nos gustaba, sentíamos la fuerza de la comunicación, creíamos en ella y pensábamos que una pluma podía ser más poderosa que una bomba. Una utopía que nos duró poco tiempo. Por ejemplo, una compañera lo dejó a los dos meses para matricularse a trabajo social; "ahí seré más útil -dijo-". Otras personas también abandonaron. La evidencia contrastada y repetida por todos los profesores de que la información estaba al servicio del poder, que los medios estaban controlados por grandes corporaciones y que nuestro futuro profesional era trabajar para uno de ellos nos dio un baño frío de realidad. 

Aún así, la mayoría seguíamos conservando cierta esperanza, esperando buscar un lugar para nuestro sueño en alguna de esas redacciones. Entretanto, el periodismo local era un sitio para hacer prácticas y tener más margen de maniobra, fuimos muchos los que lo aprovechamos. 

Desgraciadamente, la carrera de obstáculos aún no había terminado. Casi a las puertas de terminar la carrera, empezábamos a ser conscientes de la dificultad de encontrar un lugar de trabajo en un medio de comunicación y muchos ya trazaban su futuro profesional lejos del periodismo. Otros no perdimos la fe, nos paseábamos de un medio a otro, saltando de contrato precario a contrato precario, alimentando con migajas nuestra vocación. Pero ¡oh! algunos descubrimos que había vida más allá de los medios, que otras empresas e instituciones empezaban a creer en la comunicación y necesitaban periodistas. Y ahí estamos; e irán llegando compañeros al "lado oscuro". 

Pero algo que por aquel entonces ni imaginábamos empezó a cambiar hace pocos años. Empezaron los blogs y la Internet social. Esto transforma al periodista en medio de comunicación y sitúa la calidad de la información y el servicio al ciudadano en primer plano. Estos últimos dos años he tenido la oportunidad de conocer periodistas emprendedores que están haciendo realidad su proyecto en la Red, nuevos medios de comunicación enfocados a aportar información independiente y con vocación de denuncia y cambio social, periodistas freelance que a través de los contactos que establecen en las redes sociales trabajan en múltiples proyectos que les entusiasman y en general, el resurgimiento de una nueva forma de trabajar, más colaborativa, que está aunando esfuerzos y empujando el cambio. Así pues, ahora el periodismo está recuperando de nuevo la función social perdida, está buscando sus raíces, aunque lo tiene muy difícil para convertir todo esto un modelo de negocio viable.

Ahora es nuestro momento. El de los que lo dejaron a los dos meses de carrera y el de los que no hemos perdido nunca la esperanza. Por eso, para encarar este presente, de la clase de párvulos recupero la fuerza de la curiosidad y el juego, desempolvo las ansias de libertad del instituto y evoco la empatía del primer día en la universidad. 

1 de marzo de 2011

Nace Mi Columpio

Mi Columpio de madera está en la casa de montaña de mi familia. Hace años que no me dejo mecer por él y no me dejo llevar por el efecto balsámico de su vaivén. Esas tardes de agosto cuando el sol justiciero dejaba paso al fresco anochecer, después de todo un día en la piscina viviendo nuevas experiencias, salía con un bocata al exterior, me sentaba en el columpio y pasaba revista a las imágenes del día. Era mi momento, unos instantes de paz en los que poner en orden y prioridad a lo que iba ocurriendo.

Dar vida a este blog es recuperar esa sensación. Volver a esos momentos íntimos, ahora compartidos. Balancearme de un tema a otro y dejar fluir las ideas. Este columpio es mejor que el de madera porque cuenta con vosotr@s, aunque si no hubiera sido por esa vivencia, esa sensación, éste no habría nacido.

Foto de Makuneros

¡Bienvenid@s!
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Mi Columpio por Montse Carrrasco Astals se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.
Basada en una obra en micolumpio.blogspot.com.