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25 de marzo de 2013

Un adiós solemne


Qué cómodo y sencillo se nos antoja siempre empezar. Pero y lo que cuesta cerrar puertas, despedirse, iniciar otros caminos. Cuando concluimos una etapa solemos hacerlo deprisa y corriendo, huyendo del dolor que nos causa desprendernos de algo que fue nuestro durante un largo tiempo, que nos gustara o no, convivió con nosotros y en cierto modo lo hicimos formar parte de nuestro ser.

La etapa industrial en España hace años que se está despidiendo dejando atrás años de vidas de muchas personas que han trabajado en la época de oro industrial, toda una vida en un mismo puesto de trabajo, con los mismos jefes y casi los mismos compañeros. Los cierres de estas empresas se han ido sucediendo y aún hoy seguimos teniendo noticias de nuevas "relocalizaciones industriales". El ajetreo del trabajo y de años de vida ya terminó en la mayoría de estas naves industriales, en ocasiones lo hizo de forma dramática, dejando la sensación de haber dado mucho que nunca será debidamente recompensado. El sueldo que estos trabajadores ganaban trabajando en estas fábricas y una buenísima capacidad de administración heredada de años de posguerra logró que toda una oleada de jóvenes pudiéramos ir a la universidad y soñáramos con un futuro que nos abría un abanico de oportunidades.

Estas personas y la vida que dejaron entre esas paredes gigantes de las fábricas merecen un adiós. Pero no un adiós fabricado de titulares de periódicos y breves en las páginas de sociedad. Merecen una despedida sentida y solemne como es el Requiem de Wolfgang Amadeus Mozart que interpretó la Jove Orquestra de Cerdanyola y los Coros 7 de música, el Orfeó Lleidatà i Universitat Rovira i Virgili y las voces solistas de la Fundación Victòria dels Àngels. Éste es el homenaje que recibieron hace unos días los trabajadores de la empresa Aiscondel de Cerdanyola del Vallès, muchos de ellos presentes entre las 800 personas de público que pasábamos el frío que hacía en el interior de la nave abandonada dejándonos cobijar por la magnífica interpretación del Requiem.

Los fantasmas de los que ahí trabajaron se sucedían entre las notas, aparecían sobre todo riendo, departiendo, haciéndose confidencias. Fueron muchas horas de trabajo repetido pero lo que por encima de todo se despegaba de esas paredes vacías era la vida, los momentos de luz y conexión que allí ocurrieron.

Ahora, de los escombros seguirá quedando el recuerdo, que se irá difuminando con el tiempo. Pero lo que esa catarsis provocó es la necesidad de un nuevo renacer. Seguramente no en ese lugar, quizá no ahora, pero tiene que ser pronto, en muchos lugares, porque lo necesitamos, lo estamos pidiendo a gritos a veces hasta sin darnos cuenta.

Os dejo con un vídeo que he creado con sensaciones de antes, durante y después del concierto, un pequeño homenaje a todo lo que allí sucedió durante tantos años. ¡Y a lo que está por venir!


Requiem de Mozart en Aiscondel from Montse Carrasco on Vimeo.
La decadencia de lo que en su momento fue un lugar lleno de vida: la fábrica Aiscondel de Cerdanyola del Vallès. La Jove Orquestra de Cerdanyola interpreta el Requiem de Mozart en las antiguas instalaciones de Aiscondel que, por unas horas, vuelven a llenarse de vida.

2 comentarios:

  1. Impresionante el video, gracias Montse. Y si, es el momento de un nuevo renacer, de darle la vuelta a todo para seguir adelante. La verdad es que ese momento tuvo que ser muy especial, y más si tienes cierta vinculación con la empresa (directa o indirecta).

    Voy a volver a verlo, que merece la pena.
    Muaks

    PD: También he aprendido que aiscondel era la empresa que fabricaba el mítico aironfix. T

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    1. Muchas gracias por pasarte Miguel Ángel. Sí, fue realmente especial, muy difícil de trasladar esa emotividad si no estuviste allí, al menos lo intentamos. Me alegra que a alguien como tu, que no tiene ninguna vinculación con la ciudad y con la empresa le parezca interesante. Hay temas locales que podríamos llevar a una escala global muy fácilmente, ocurre cada vez más a menudo. Eso de la globalización de las grandes corporaciones pues ahora es la globalización del cambio y las buenas ideas ;) Un petó!

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